domingo, 14 de octubre de 2007

DEL EGOCIUDADANO AL ECOCIUDADANO

Desde el punto de vista fonético bastaría reemplazar la letra “g” de la palabra “egociudadano” para convertirla en la palabra que sintetiza el concepto de ciudadano ambiental del cual habla nuestra Constitución Bolivariana. Pareciera fácil hacerlo de esa manera, pero resulta más complicado obtenerlo en la realidad. En efecto, los significados profundos de estas dos palabras son diametralmente opuestos. La lucha en torno a la defensa del ambiente liga la acción de cada uno, integra el papel cotidiano del individuo, exige su responsabilidad en un contexto más global. La cultura es el cimiento que ensambla los elementos dispersos de un mundo que se nos ha enseñado fragmentado. La cultura ecociudadana es bien comprender para actuar mejor.

La gente no se equivocó ni se equivoca considerando a la ecología como un potente medio para comprender el mundo actual y para actuar sobre él. Pero ¿Qué espera la ciudadanía? ¿Qué puede aportarle una educación que permitirá comprender ese mundo fragmentado, si la puede recibir en el hogar, en las escuelas, en las Universidades, en los medios de comunicación y en las empresas? Pienso que la ciudadanía comprendió globalmente los grandes problemas ambientales actuales. Ha vivido catástrofes y siente las catástrofes inminentes, lo que se debiera hacer ahora es ayudar a ir de la emoción a la responsabilidad. Emoción y responsabilidad son dos palabras que debemos utilizar muy a menudo en todas partes. En relación a la primera el Profesor chileno Humberto Maturana dice: “Por esto mismo mantengo que no hay acción humana sin una emoción que la funde como tal y la haga posible como acto… Finalmente, no es la razón lo que nos lleva a la acción sino la emoción.”

Cuando hablamos de ecología, decimos que hay que ayudar a la gente a pasar de la emoción a la responsabilidad, de la reacción afectiva a la acción con razón, y yo agregaría que hay que ayudarlos a superar el paso del estatus del “egociudadano” al estatus del “ecociudadano”. El egociudadano, soy yo, solo, aislado, cada quien para sí mismo. El ecociudadano es cada quien para todos, es aquel que comprende los grandes problemas ambientales y entiende que lo que está en juego es la propia vida y actúa de una manera solidaria, fraternal y complementaria a la conquista de un ambiente cualitativamente más equilibrado y más rico para todos sin excepción, todos vamos en la misma nave. En esa perspectiva de paso de la emoción a la responsabilidad y del egociudadano al ecociudadano, la educación holística en ecología permitirá al estudiante comprender mejor los grandes problemas ambientales de la actualidad.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Plan de Clase y Evaluación

Alumnos y alumnas del Ciclo Básico de Ingeniería, ponemos a su disposición el Plan de Clase y Evaluación de la asignatura Educación Ambiental. Para descargarlo click aquí.